Escrito por: Sara Villa
El Vichada, cuya capital es Puerto Carreño, es uno de los 32 departamentos de Colombia. Está ubicado al oriente del país y tiene una superficie de 100.242 km². Según proyecciones del DANE, en 2025 tiene 127.467 habitantes: 61.394 mujeres (48,2 %) y 66.073 hombres (51,8 %), lo que representa el 0,24 % de la población nacional [1]. El departamento tiene una baja densidad poblacional en comparación con otros territorios colombianos y cuenta con una red hídrica importante, con ríos como el Orinoco, el Meta, el Tomo y el Bita, además de una biodiversidad significativa.
El territorio alberga especies como el armadillo gigante, el águila arpía, las babillas y las corocoras. También es un espacio multicultural donde conviven pueblos indígenas y colonos que desarrollan dinámicas de resistencia y adaptación en medio de dificultades de conectividad y acceso. La diversidad del Vichada se refleja en prácticas ancestrales y tradiciones llaneras, como las ceremonias de Yopo, propias de pueblos indígenas como los Sikuani, Cubeo, Baniva y Piapoco, que habitan en resguardos y mantienen formas de organización social. Estos pueblos conservan mitos, leyendas y relatos en los que la naturaleza ocupa un lugar central [2].
Sin embargo, la riqueza cultural y natural del Vichada plantea un desafío en cuanto al reconocimiento y ejercicio de la autonomía, entendida como la capacidad de una comunidad para gobernarse en su espacio, normas y planeación local, en relación con poderes externos[3]. En el Vichada, la autonomía territorial es más un horizonte normativo que una realidad.
No se trata de una contradicción, sino de una tensión entre lo que establecen las normas y lo que ocurre en la práctica. La Constitución de 1991 reconoce y protege la diversidad étnica y cultural (arts. 7, 330 y 246), y leyes como la 21 de 1991 y la 89 de 1890 respaldan la autonomía indígena. Sin embargo, en la vida cotidiana persisten limitaciones para ejercerla. Según la Fundación Ideas para la Paz (2005), la limitada presencia institucional en el Vichada y la superposición del poder estatal restringen la autonomía indígena y la capacidad de autogobierno de las autoridades de los resguardos legalmente constituidos [4].
En el ámbito económico, la dependencia de pocas actividades productivas genera escasez de recursos propios y afecta la capacidad del departamento para financiar proyectos que fortalezcan la autonomía territorial. Esta situación también se refleja en la educación, donde según cifras del DANE, en 2022 el 10 % de los hogares contaba con internet, en 2023 la Encuesta de Calidad de Vida reportó un 14,5 %, y en 2024 un 15,4 % [5].
Este avance debería traducirse en mejores oportunidades académicas que mitiguen las barreras de dispersión geográfica [6]. Sin embargo, los progresos en conectividad no garantizan automáticamente mejores condiciones educativas. El Vichada enfrenta brechas en la cobertura educativa, especialmente en preescolar, donde apenas alcanza el 18,1 %. Esto refleja limitaciones de infraestructura y acceso, así como retos culturales y sociales relacionados con la valoración de la educación inicial y la implementación de políticas inclusivas desde las primeras etapas de la formación infantil [7].
Según el antropólogo político Mario Sosa Velázquez, el territorio es un espacio físico, social e histórico donde se configuran relaciones de poder. En este contexto, los actores sociales se disputan, apropian y transforman el territorio, generando dinámicas que expresan resistencias y formas de autonomía [8]. El cuerpo indígena es un territorio de estudio que refleja un legado cultural con luchas, memorias y tradiciones. El papel del Estado, del educador, del comunicador y de la sociedad debe ser de reconocimiento y acompañamiento en medio de tensiones y diferencias sobre cómo entender la vida.
Los desafíos de autonomía, desarrollo y reconocimiento cultural en el Vichada requieren un enfoque que considere la pluralidad de actores y las relaciones de poder que lo configuran, más allá de la perspectiva institucional. Reconocer esta complejidad es clave para avanzar hacia un modelo de gestión territorial que articule inclusión, respeto a la diversidad y sostenibilidad en el departamento [9].
El Estado reconoce normativamente la autonomía indígena, pero no logra responder a las necesidades locales que garanticen su ejercicio. La educación no puede pensarse solo en términos de cobertura, ya que el aumento en la conectividad no se ha traducido necesariamente en un mejor acceso a la educación [10].
La etnoeducación en Vichada busca reconocer que los proyectos educativos deben enfocarse en fortalecer escuelas que integren la diversidad cultural del territorio, en lugar de solo construir más instituciones bajo un modelo vertical.
Para construir un Vichada con menos exclusión y mayor autonomía, es necesario garantizar que todos los niños y jóvenes accedan a una educación de calidad que valore la diversidad cultural. Esto requiere maestros formados en etnoeducación, políticas inclusivas y escuelas que sean espacios de encuentro. De esta manera, la educación puede consolidarse como un camino para la justicia social y el fortalecimiento del territorio, reduciendo la deserción escolar y las desigualdades
Referencias:
[1]. elencuestas. (2025). Censo de población: Vichada, Colombia. Telencuestas. https://telencuestas.com/censos-de-poblacion/colombia/2025/vichada
[2]. Ministerio de Educación Nacional. (2021). Relatos del pueblo Sikuani: Sikuani pe-liwaisianu. Colombia Aprende. https://colombiaaprende.edu.co/sites/default/files/files_public/plan-lectura-2021/territorios-narrados-parte-2/Sikuani_pe-liwaisianu__Relatos_del_pueblo_sikuani.pdf
[3]. Sagawe, T. (2004). Desarrollo de las regiones y autonomía territorial. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. R_Desarrollo-de-las-regiones-y-autonomia-territorial_2004.pdf
[4]. Fundación Ideas para la Paz. (2005). Legitimidad del Estado en el departamento del Vichada. Bogotá: Autor. https://ideaspaz.org/
[5]. Impacto TIC. (2022, octubre 4). Uso de las TIC en Colombia. Impacto TIC. https://impactotic.co/tecnologia/uso-de-las-tic-en-colombia
[6]. Impacto TIC. (2022, octubre 4). Uso de las TIC en Colombia. Impacto TIC. https://impactotic.co/tecnologia/uso-de-las-tic-en-colombia
[7]. El Espectador. (2023, abril 25). En departamentos como Vichada, solo el 46 % de los hogares tiene internet. El Espectador. https://www.elespectador.com/economia/en-departamentos-como-vichada-solo-el-46-de-los-hogares-tiene-internet
[8]. Sosa, M. (2008). Cómo entender el territorio. Guatemala: FLACSO. SOSA-¿Como entender el territorio.pdf – Google Drive
[9]. Agronegocios. (2023, mayo 10). En el campo, menos de la mitad de los estudiantes culminan sus estudios secundarios. Agronegocios. https://www.agronegocios.co/agricultura/en-el-campo-menos-de-la-mitad-de-los-estudiantes-culminan-sus-estudios-secundarios-3906606
[10]. Nieto Pérez, L. F. (2021). Educación indígena en Colombia [Trabajo de grado, Fundación Universitaria Los Libertadores]. Repositorio Institucional Los Libertadores. https://repository.libertadores.edu.co/server/api/core/bitstreams/e9a69fb6-f356-42a6-af7a-86c4d4a7b14b/content