Autor: Álvaro Chaparro Almeida
San Martin de los llanos
Diciembre – 2021
Se escucha silbar el viento,
Entre los caimos y mangos,
Vuelan bandadas de patos,
Por el cielo de mi llano,
Se ven grandes polvaredas,
Cuando se espanta el ganado,
Y a la costa de una mata,
Se mira humear un rancho.
Me voy acercando al hato,
Y salen los perros ladrando.
Que estábamos esperando,
Se ve que viene del pueblo,
De pronto grita el pijita,
Que viene bien remontado,
Pa’ los trabajos de llano.
Y a la orilla del corral,
Y sigue soplando el viento,
Hasta pu’ allá el mes de marzo,
O hasta mediados de abril,
Que comienzan los chubascos.
Por eso el criollo aprovecha,
Para hacer buenos quemados,
Por si llueve en cabañuelas,
Retoñen bien esos bajos.
Las llamas se ven de lejos,
Y el viento sigue arrastrando,
Se ve un gavilán parado,
Mirando entre las cenizas,
Las huellas de este verano,
Soplan, y soplan los vientos,
Hasta el confín de mi llano.
Merma la corriente el caño,
Por los rincones del hato.
Con enjalma y arritranco,
Y Hay que llevar herramienta
Por si hay un bicho enterrado.
Pa’ no cansar los caballos,
Vamos pal’ rincón del indio,
Pu’ allá a las tres de la tarde,
Cuando el sol vaya bajando,
Pa’ que beban los caballos.
Cuando ya caiga la noche,
Y se mire el cielo estrellado,
Pa’ hacer un café colado.
Y le pondremos la suelta.
Al macho, y a los caballos,
Y guindamos los chinchorros,
Por ahí de un palo, a otro palo.
Y esperar que nos arrulle,
Con sus melodías los pájaros,
Y nos despierten temprano,
Esos vientos de verano.